domingo, 24 de marzo de 2013

Capitulo 4: Sin solución disponible.

...

Paralizada por la noticia, mis ojos se llenaron de lágrimas. Cómo era posible ser una de las sospechosas, si tan solo le conocí ese mismo día? Cómo y quien le habría matado? Y lo más importante, porque? No entendía nada.

Envuelta en esas preguntas, aquella sala se quedó en silencio, solo se oía al presentador hablar desde la televisión.
De repente, un tenedor cayó al suelo, deshaciendo el silencio. Giré bruscamente la cabeza hacia donde se situaba el tenedor. Estaba a los pies de mi hermano, el cual, presentaba sintomas de terror en su rostro.
-B-bruno... Te juro que... -Intenté decirle sin éxito alguno.
-Ena... -Dijo mirandome aterrado. -P-porque...? -Preguntó poniendo los ojos en blanco mientras se sentaba a mi lado.
-Bruno... Tienes que creerme... -Le intenté tranquilizar poniendo mi mano derecha sobre su hombro.
-Para que te crees que te digo todos los días que seas buena? No te acuerdas el tiempo que tardé en dejar ese reformatorio? -Dijo mirando hacia el suelo.
-Eso no fue tu culpa, necesitabamos el dinero y tú te sacrificastes para conseguirlo. -Dije buscando su mirada entre su cabello.
-Vendiendo droga como un idiota?! Viajando de un lado a otro escondiendola en mi cuerpo?! -Exclamó levantándose del sitio. -Esos fueron los peores días de mi vida y justamente ahora que nos iba bien, vas y la fastidias!!
-Te repito que yo no he sido!! -Aguante las ganas de llorar.
-Entonces... Quién ha sido, Ena? Quién?!! -Dijo agarrandome de los hombros. -Si me dices quién fue... Todo saldrá bien... Anda, cuéntame... -Intentó tranquilizarme con una sonrisa falsa.
-Ha sido... Akse... -Murmuré
-Akse? -Dijo extrañado. -Tu amigo imaginario...? Cómo?
-Eso es lo que me pregunto... No se como lo ha podido hacer si solo yo puedo verle... -Dije mientras notaba como mis lágrimas caían por mis mejillas.
-Bueno, da igual... Como bien han dicho en las noticias, van a venir a por ti... Supongo que primero te interrogarán y luego, si eso, te llevarán a donde sea conveniente. -Dijo mientras me ofrecía su mano. -Vamos a cenar... sera lo mejor...
-Si... -Suspiré cogiendo su mano para levantarme.

Estuvimos durante toda la cena en silencio. Ninguno de los dos queriamos hablar, ni tan siquiera para pasarnos el pan o para llenarnos los vasos de agua. Todo el tiempo en silencio.

Una vez ya terminada la cena, nos fuimos los dos a nuestros cuartos para descansar lo suficiente como para que la gente pensará que en nuestra casa no había ningún asesino.

...

Al día siguiente, sola en casa, encendí el portatil en busca de algún otro asesinato o delito cometido en las ultimas veinticuatro horas.
Solo encontré robos en joyerías cercanas a la capital, pero nada interesante. "Akse... que estarás tramando...?" Me decía tecleando en el gastado teclado.

Pasada una hora, encontré lo que parecía ser una noticia de última hora sobre unas pintadas en unas de las paredes de la iglesia de mi barrio. En las pintadas, rojas como la sangre, ponia una frase en latín.
Interesada por lo que quería decir, bajé con el ratón la página dónde se encontraba la noticia.
Ya encontrada la solución, cliqué en un enlace puesto por una universidad americana. Al parecer, un historiador experto afirmó que aquella frase quería decir "Si tú me enseñaste el significado del rechazo, yo te mostraré el significado del amor".
Solo se me ocurría una persona que podia haber hecho eso. De repente, mi movil comenzó a sonar. Alguien me estaba llamando. Miré el número del que me llamaba pero al parecer, era un número de alguna cabina telefónica.
-Diga...? -Contesté a la llamada.
-Que? Te ha gustado mi regalito, Ena? -Se burló la persona que estaba al otro lado del telefono. -Se me da bastante bien el latín...
-Q-quien eres y que quieres? -Solté asustada.
-Aiba!! Ya me has olvidado? He estado siempre a tu lado y así es como me lo pagas? Que pena... -Vaciló el individuo.
-Akse...? -Dije con la voz ahogada.
-El mismo... Es una pena que tengamos que hablar a través del telefono pero bueno... Que se le va a hacer? -Acompañó con una carcajada.
-Akse... Que quieres de mí?
-Ya es tarde... He hablando demasiado... Hasta luego mi querida Ena... -Sé despidió antes de colgar el teléfono.
"Akse..." Suspiré en silencio.

...................…...............................CONTINUARÁ..............................................................

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